martes, 30 de marzo de 2010

La Traición de Judas

(Mt 26,14-25): En aquel tiempo, uno de los Doce, llamado Judas Iscariote, fue donde los sumos sacerdotes, y les dijo: «¿Qué queréis darme, y yo os lo entregaré?». Ellos le asignaron treinta monedas de plata. Y desde ese momento andaba buscando una oportunidad para entregarle.

El primer día de los Ázimos, los discípulos se acercaron a Jesús y le dijeron: «¿Dónde quieres que te hagamos los preparativos para comer el cordero de Pascua?». Él les dijo: «Id a la ciudad, a casa de fulano, y decidle: ‘El Maestro dice: Mi tiempo está cerca; en tu casa voy a celebrar la Pascua con mis discípulos’». Los discípulos hicieron lo que Jesús les había mandado, y prepararon la Pascua.

Al atardecer, se puso a la mesa con los Doce. Y mientras comían, dijo: «Yo os aseguro que uno de vosotros me entregará». Muy entristecidos, se pusieron a decirle uno por uno: «¿Acaso soy yo, Señor?». Él respondió: «El que ha mojado conmigo la mano en el plato, ése me entregará. El Hijo del hombre se va, como está escrito de Él, pero ¡ay de aquel por quien el Hijo del hombre es entregado! ¡Más le valdría a ese hombre no haber nacido!». Entonces preguntó Judas, el que iba a entregarle: «¿Soy yo acaso, Rabbí?». Dícele: «Sí, tú lo has dicho».

Comentario

El miedo, la necesidad, la osadía, la búsqueda de una hazaña, la envidia y otras hacen del hombre un potencial traidor. Todo cuanto hay en el Hombre, que no se funda en Dios es susceptible de manipular a dicho hombre. La razón es porque si no proviene de Dios viene del Demonio, por eso Jesús llama a Judas Hijo de Perdición.

Las 30 monedas son el Sello que utiliza Satanás para asegurar lo que potencialmente estaba ya sembrado en Judas.

Oración

Te pido Señor que la traición de Judas sea siempre mirada con temor por Mi pecador. Para que Satanás si emplea "alguna moneda", en el intento de influir sobre mi Alma para que te traicione, no tenga éxito en su empeño. No permitas jamás Señor, que mis traiciones sean de amor y de darte la espalda, sino solo aquellas menores que por debilidad cometa sin dejar para siempre tu amistad.

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